jueves, 26 de marzo de 2009

TEMA 3: EL DIOS DE LOS CRISTIANO
1. ¿ Podemos conocer a Dios?
Podemos plantearnos el interrogante sobre la posibilidad de conocerlo, es decir:

- Si podemos plantearnos su existencia como algo razonable, con sentido.

- Si podemos encontrar las huellas de su presencia en el ser humano, en la naturaleza...

1.1. El ser humano
Si piensas en ti mismo te darás cuenta de que quieres poder divertirte con tus amigos, acabar tus estudios llegar a trabajar, encontrar a una persona con la que compartir tu vida...Es un deseo que no acaba de saciarse.

En ese deseo las religiones han descubierto las huellas de Dios. El deseo no muestra que Dios exista, pero razona que pensar en esa hambre y esa sed que se dan en el hombre es porque Alguien superior a nosotros los ha metido en nuestras entrañas.

1.2. La naturaleza
Las personas de todos los tiempos han descubierto en la realidad del mundo signos de lo divino. La belleza de la Creación, junto con con los fenómenos extraordinarios que ocurren, han movido al ser humano a preguntarse por el significado del origen y finalidad de lo que existe.

Al buscar una respuesta, la han hallado en un Dios que está más allá de la naturalezay que es precisamente el que la ha creado.


1.3. La razón humana
El ser humano, a través de su pensamiento, ha llegado a descubrir razones para creer en Dios:

- En la voz de la conciencia, que desde nuestro interior continuamente nos alienta, aprueba, reprende, advierte.

- En la respuesta a determinadas preguntas.

1.4. La Biblia
No se encuantra ninguna demostración de la existencia de Dios. Se conoce a Dios:

- Por su manera de actuar en los acontecimientos de la historia: las promesas a Abrahán, la salida de Egipto y la marcha del pueblo de Israel por el desierto...

- Por su presencia en el mundo y en todo lo que nos rodea.

- En el ser humano. El hombre y la mujer son imagen viva de Dios, que los ha puesto por encima de todos los seres de la Creación y los ha dotado de libertad y respònsabilidad.


2. Dios se da a conocer




Vamos a presentar algunas características de nuestro Dios. Las hemos descubierto precisamente:



- Porque Él ha querido que le conozcamos.



- Porque nos ha abierto su corazón.



- Porque a tomado la iniciativa de acercarse a nosotros.




En nuestras relaciones con Dios ha sido Él quien ha dado el primer paso.



2.1.Un Dios de personas

En el Antiguo Testamento, Dios se da a conocer a través de acontecimientos en los que se hace presente.




Este Dios de personas quiere que el ser humano responda con fe y obediencia, como Abrahán. Es una obediencia que ayuda a caminar hacia delante, como Abrahán, hacia una tierra mejor.


2.2. Un Dios que pacta con los hombres y mujeres
El pueblo de Israel experimentó a Dios de una manera muy intensa.
Dios es alguien que da libertad del hombre y la mujer. Y por eso protege y estimula a las personas para que consigan con su esfuerzo y por sí mismos la libertad.

Esta manera de relacionarse Dios con el ser humano se va a expresar en la Aliianza. Dios sale al encuentro del ser humano y le ofrece entrar en una pacto de protección y amistad con Él.

Al ser humano no se le pide que cumule méritos, sino que acoja con responsabilidad todo lo que Dios ha recibido. Y eso se va a traducir en el cumplimiento de los mandamientos.


2.3. Dios creador









No es sólo creador de las personas, sino también:









- Dios del universo.






- Creador del cosmos.





- Origen y Señor de todo lo que hay en el mundo.






El relato de la Creación no trata de responder a preocupaciones científicas sobre cómo se originó el mundo. Quiere responder al sentido y valor de las cosas en sí mismas y en la relación con el ser humano.




La persona es la obra más importante de la Creación. Recibe de Dios autonomía y responsabilidad para usar los elementos de la Creación. Estamos de nuevo ante una Alianza, es decir:





- Dios regala el don de la vida y hace al ser humano a su imagen.






- Los hombres y mujeres se comprometen a vivir y seguir la voluntad de Dios.









2.4. Dios apasionado





Dios nos revela su pasión hacia los hombres y mujeres, especialmente mediante los profetas.





Ellos nos ayudan a cer el mundo como Dios lo ve. Nos muestran, por un lado, las injusticias que hacen los hombres y mujeres y que Dios no quiere y, por otro, el amor y fidelidad de Dios, que quiere recuperar lo que se ha perdido.





3. Jesucristo nos muestra a Dios






Dios hace presente en el mundo en forma humana. Jesús es la verdadera Palabra de Dios. Al acercarnos a Él nos acercamos al mismo Dios.





Jesús nos enseña a Dios con su vivir y actuar, siendo la presencia del mismo Dios entre nosotros.






En Jesús y su Evangelio vamos a descubrir a Dios mismo actuando en la historia. En Jesús, Dios se comunica totalmente.







3.1. Jesús nos presenta a Dios como P adre, Hijo y Espíritu Santo




Jesús habla de Dios como Padre. En el Antiguo Testamento Dios es denominado padre en algunos pasajes. Quiere indicar la disposición de Dios respecto a su pueblo: lo crea, protege y perdona.




Jesús, en su relación personal con Él hay algo nuevo:




- Jesús se dirige a Dios como Padre suyo, personal.




- Lo hace con la expresión Abba, utilizada en el lenguage familiar para dirigirse afectuosamente el hijo a su padre.




Es decir, Jesús tiene conciencia de ser el Hijo y de que Dios es su Padre.




Esto sí es algo nuevo: ningún simple hombre habíaa podido hablar de esta manera. Jesús nos está mostrando la intimidad de Dios, su corazón. Porque Jesucristo es Dios único.














Es un anticipo de lo que se explicará totalmente en el Nuevo Testamento. La presencia del Espíritu Santo cobra una especial fuerza en la persona de Jesús.



- La concepción de Jesús en el vientre de María es obra del Espíritu Santo.



- En los relatos del bautismo, Jesús aparece como el Hijo amado del Padre y sobre quien reposa el Espíritu.



Y la obra definitiva de Jesús será el envío permanente del Espíritu Santo sobre los suyos.





4. La iglesia acog y proclama la Revelación de Dios



Las primeras comunidades cristianas proclamaban la fe en un solo Dios, único creador de todas las cosas.



Pero esa profesión va acompañada desde el inicio, de la confesión de Dios en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.










4.1. La confesión trinitaria


A principios del siglo III, Hipólito de Roma escribe su Tradición apostólica, que contiene muchas fórmulas de oraciones de consagración y bendición.


Todas las fórmulas acaban de esta manera o de manera parecida:


San Dionisio de Alejandría, una generación después de Hipólito, concluirá así una de sus cartas:


Hipólito, en su Tradición apóstolica, nos da un relato completa de la ceremonia bautismal en la que se realiza una fórmula trinitaria en el interrogatorio al que se va a ser bautizado.


No se trata de grandes reflexiones sobre lo que Dios es en sí mismo, sino de acoger la manera como Dios se ha manifestado.



4.2. La doctrina trinitaria

La Iglesia tuvo necesidad de explicar cómo es posible confesar a un solo Dios y al mismo tiempo proclamar que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Sobre todo surgieron dos corrientes de pensamiento que van a motivar la reacción de la Iglesia: el modalismo y el subordinacionismo.

Dios es uno

Para desginar lo que en Dios es uno se utiliza la palabra naturaleza y para desgnar lo que en Dios es tres nos valemos de la palabra persona.

Decimos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de la misma naturaleza, entendiendo por naturaleza aquello que algo o alguien es en su realidad más profunda, su esencia.

En este sentido Dios es uno, porque en Él hay una única naturaleza divina. Padre, Hijo y Espíritu Santo son de la misma naturaleza.

Dios es trino

Pero Dios es también trino. Para expresar esto nos valemos del concepto persona.

Como conclusión de este recorrido podemos afirmar que los cristianos creemos en un solo Dios pero no en un Dios solo. Dios nos ha creado para formar una gran familia, una familia que tiene como modelo la familia que es Él.

5. El Hijo de Dios se hizo hombre

Reflexionamos sobre la persona de Jesucristo, en concreto, sobre su identidad humano-divina.

Las primeras comunicaciones cristianas proclamaron que un hombre de nuestra raza, era el Hijo de Dios, era Dios.

5.1. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre

Jesús fue un hombre como los demás:

Era igual a nosotros menos en el pecado.

Jesús se encontraba abierto a la voluntad de su Padre y al servicio de las personas. Es el hombre para los otros hombres.

Jesucristo, verdadero Dios

La comunidad cristiana siempre proclamó su fe en Jesucristo como nuestro Señor.

Los cristianos llegaron a esta conclusión tras el acontecimiento de la Resurrección. Es entonces cuando comprenden que todo aquello que habían visto y oído de Jesús se explicaba porque Él era Dios.

Con respecto a la divinidad de Jesús también hubo quien la negó o quiso ver en Jescristo a alguien inferior a Dios.

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